Al llegar al hospital me invadió la curiosidad y en lo preguntona que soy, nadie creía que me había tragado un alfiler, no lloraba, no me dolía, y para colmo tenía como siempre una sonrisa de oreja a oreja que confundía a cualquiera, después de tremendo paseo en carro como no iba a estar sonriente =).
Mi mami por otro lado se volvía loca, desesperada encontró a un medico conocido y por poco le obligó a llevarme a la sala de rayos X, a partir de este momento mi memoria es confusa pero para mi así es como pasó: Cual fiera entró mi preciosa madre, abriendo la puerta sin esperar a los otros pacientes, en la cama de rayos estaba una chica con la que todos nos disculpábamos por interrumpir pero igual le pedían que se levante para poder ver donde estaba mi pequeño amigo que me dio el apodo en el hospital de «la niña faquir»
En las radiografías se podía ver claramente el terrorífico alfiler de cabeza grande (la cabeza me salvo´) atascado entre el duodeno y el intestino grueso, la suerte estuvo de mi lado pues no tenía peligro inmediato debido a que la punta cayó para arriba caso contrario podía haberme pinchado y hasta atravesado un órgano o varios.
Durante una semana estuve en el hospital y fueron los 8 días mas divertidos para mi estomago y mis ganas de golosinas, me daban de comer todo lo que quería: pizza, pollo, hamburguesas, hot dogs, dulces, helados, chocolates, nachos, papas fritas mmm ñami ñami, y todo por orden del doctor, pues esperamos a que el alfiler saliera naturalmente.
A los cuantos días de no tener buenos resultados, los doctores decidieron que era hora de entrar al quirófano. La primera opción fue la endoscopía, que consiste en introducir una camarita y unas pinzas por la boca para no tener que hacer ningún corte en el cuerpo, yo sentía cuando me explicaban que me estaba convirtiendo en una maquina de feria llena de peluches de la que tienes que sacar el premio apenas con una palanca.
Después de casi dos horas, la enfermera salió a la sala de espera donde estaba toda mi familia para informarles que el alfiler estaba muy escurridizo y que iban a intentar una vez mas y sino lo lograban tendrían que abrirme para sacarlo. A los 15 minutos volvió la misma enfermera con alfiler en mano y una sonrisa en la cara que no desaparecía hasta que todos terminaron de abrazarla (según yo).
Lo peor de toda esta experiencia fue que me perdí mi primera fiesta de grandes que había esperado por muchísimo tiempo ;), los 15 años de mi hermosa prima y madrina Johanna Herrera, y obvio haber perdido una semana de clases :).
Por último quiero agradecer a todos aquellos que ejercen la profesión mas difícil del mundo, la de ser padres, por que en sus manos está la gran responsabilidad de una vida que formar, y sobretodo agradecer a mis Papis que con tanta pero tanta paciencia y amor me han enseñado a ser mejor persona y con tanta alegría hacen que mi vida sea un parque de diversiones, por cuidarme y apoyarme en todo lo hago. Y de paso a mi hermosa complice de siempre mi hermosa ñaña que ni debe acordarse que todos los días estuvo conmigo en el hospital =). Los amo mi árbol genealógico a todos ustedes.
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